Atreverse

La prudencia, virtud muy importante para los economistas, no es amiga del miedo y la cobardía, tampoco de la excusa, ni de la parálisis por el análisis, y, en ningún caso, nos asegura el absoluto acierto. La prudencia no es burocracia, informes, reuniones y comités, esto es “marear la perdiz”. La prudencia no es incompatible con el atrevimiento, ambas cualidades se complementan y se refuerzan. La prudencia conlleva ponderación, reflexión, cordura y seriedad. El atrevimiento, audacia, osadía, determinación, resolución y empuje.

Atreverse y ser prudente significa tomar decisiones sin la absoluta garantía del acertar, es recopilar, informarse, analizar, sopesar y decidir. Si se yerra, rectificar, sin dramas ni empecinamientos obcecados, que más tienen que ver con el ego herido que con la realidad.

Atreverse y ser prudente es crear equipos de alto rendimiento, muy motivados, y más profesionales que talentosos. El profesional se exige como el que más, tiene los valores del trabajo bien hecho, de ejercer y desarrollar su trabajo con compromiso y bien hacer siempre. Esto nos obliga a ser atrevidos y estar dispuestos a capacitar al equipo para que sea mejor cada día, sin miedo a que nos superen. A poner a su disposición los recursos para su desarrollo, a dar mensajes claros, a ser transparente y sincero, sin miedo a dar confianza, pues con ella se desarrollan las plenas capacidades de las personas. A coger el toro por los cuernos y no procrastinar las decisiones difíciles, los temas complicados o aquello que no nos gusta.

Atreverse y ser prudente nos obliga a apartar del equipo al conflictivo, pero por tóxico, egoísta e individualista, no confundir ni tachar de conflictivo al que cuestiona las cosas constructivamente, que tiene opinión, argumento y criterio, y, la valentía de exponerlo y compartirlo.

Atreverse y ser prudente es ser ambicioso -incluso casi creerse lo imposible-, ser muy exigente consigo mismo primero, y con los demás también, no conformarse, pero nunca perder la humildad, huir del elogio y no cultivar el ego, y ser, absolutamente conscientes que la misión, es servir, estar al servicio de tu equipo, para que den lo mejor de ellos.

Atreverse y ser prudente es disfrutar del día a día, del reto constante, del “sin vivir” que energitiza, del esfuerzo de construir, de crear cosas nuevas, de transformar las que están.

Compartir:
Últimos artículos

De becario a aprendiz

Me contaban la futura implantación en Málaga de un centro alemán de formación dual y cómo Alemania ha hecho de este modelo uno de sus

La bronca es fácil

La descalificación ha sustituido al argumento, la bronca al análisis, y el desprecio al adversario es la forma aceptada, incluso aplaudida, de hacer política. Sólo

No está todo perdido

Europa es como una gran empresa que, tras décadas de éxito, se ha dejado llevar por la inercia y la complacencia. En la segunda mitad

Palancas de futuro

Las pymes se enfrentan a crecientes desafíos en este cada vez más complejo e incierto entorno. Sin embargo, el problema no está en las circunstancias

Send Us A Message

Ir al contenido