Puertas al campo

Existe el debate sobre la necesidad de regular la actividad de las llamadas GAFA, acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon, ya que el poder que están consiguiendo va más allá del puramente comercial. A modo de ejemplo, su nivel de facturación supera el PIB de muchos países y las cuatro juntas serían la quinta economía del mundo.

Un análisis de ellas nos lleva a destacar algunos factores de éxito comunes: 1) Tienen un producto diferenciado y consiguen grandes índices de satisfacción de sus clientes, además, han reinventado modelos de negocio. 2) Piensan en el cliente, no en el producto, por ello van incrementando sus carteras para ofrecer más y más, proporcionar la mejor experiencia del servicio es su máxima. Los clientes son el motor de crecimiento. 3) Todas son globales, tienen presencia mundial, lo que les facilita obtener economías de escala y una mayor transcendencia de marca. 4) Poseen buena imagen, han creado buenos productos, cuidan al cliente, son más económicos, y tienen cierto halo transgresor. 5) Están integradas verticalmente y controlan toda la cadena de valor, desde el principio hasta la experiencia de usuario, e intentan crear ecosistemas para mantener a los clientes en ellos. 6) Pagan bien a su personal y posibilitan un buen desarrollo profesional, lo que hace que tengan gran demanda, pudiendo elegir el mejor talento. 7) Utilizan el Big Data y la Inteligencia Artificial para mejorar su oferta, personalizarla y predecirla. Poseen millones datos y son capaces de conectarlos prever comportamientos, sugerir compras e influir en las actitudes. 8) Aunque en apariencia vendan contenidos y publicidad, software y entretenimiento, conexión entre personas y publicidad, y venta de artículos, respectivamente, en verdad son mucho más, son el oráculo de nuestro tiempo, el lujo y la innovación, el nuevo centro amistad y felicidad, y la mayor tienda del mundo. Su ambición es casi desmedida y su afán monopolístico claro, están acumulando tanto poder estructural en sus negocios que van ganando una posición de dominancia de tal magnitud que, para muchos, más pronto que tarde serán los únicos.

Especialmente los dos últimos factores ha despertado las alarmas y cierto clima de opinión de que hay que ponerles límites. Así, unos dicen que hay que limitar el número de sectores económicos en los que actúan, otros que hay que limitar las absorciones o fusiones de aquellos competidores que les pueden hacer sombra, y también hay quienes proponen dividirlas, trocearlas por negocios para reducir su dimensión.  La verdad que ignoro cuál puede ser la solución, incluso si hay que regular más sus actividades o sólo vigilar sus malas prácticas y diseñar una tributación global, que tal vez sea la verdadera preocupación de muchos gobiernos al ver como pierden capacidad recaudatoria. La verdad es que todo es distinto, la tecnología, los hábitos de compra, las relaciones y la cuestión final quizás sea que sólo nos queda adaptarnos porque no se pueden poner puertas al campo.

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