LIDERAZGO PROFESIONAL ¿EL LIDER NACE O SE HACE?

liderazgo profesional

Reiteradamente trabajamos con empresas, de diferentes sectores, con problemas como falta de compromiso en el equipo, poca productividad, personal que no cumplen sus funciones y “echan la pelota en otro tejado”, etc… Analizando la situación, en muchas ocasiones, detectamos que estos problemas son consecuencia de una falta de liderazgo.

Liderar equipos no es tarea fácil y, un deficiente liderazgo genera consecuencias negativas como un bajo nivel de compromiso, que afectará tanto a la productividad y desempeño como al clima laboral, pérdida del sentido de pertenencia con su trabajo y su empresa, pérdidas económicas, pérdidas de personal cualificado y hasta pérdidas de prestigio. Es fundamental liderar haciendo al equipo partícipe de la empresa, para que estén alineados con los valores y objetivos de la misma, y tengan interés por el éxito y crecimiento de la marca.

Ahora bien… ¿Cómo se consigue ser un buen líder? Algunas habilidades pueden ser innatas, pero otras se desarrollan a través de la formación y la práctica. Entre las competencias más importantes para ser un buen líder destacaría: saber comunicar, potenciar el crecimiento y el desarrollo profesional y personal, reforzar los logros y el esfuerzo, fomentar el empowerment, para que los trabajadores tengan poder y autonomía para tomar decisiones dentro de su ámbito, escuchar activamente, ofrecer un feedback constructivo y motivador, que no sólo se centre en los fallos sino en cómo mejorarlos, trasmitirles confianza y “predicar con el ejemplo”.

En conclusión, la falta de liderazgo desencadena una serie de problemas que irán aumentando si no se perciben a tiempo y que, por tanto, debemos evitar. Pero no podemos dar soluciones si no conocemos el por qué del problema. Por ello, es fundamental que las organizaciones conozcan el nivel de compromiso laboral de su equipo con la empresa. De esta forma podremos detectar las carencias y los puntos clave que se deben trabajar para poder mejorar tanto el liderazgo de mandos intermedios o directivos como en el rendimiento y bienestar de los empleados.

Ninguna empresa puede permitirse trabajar con empleados desmotivados y poco productivos.

 

Antonio Guerrrero

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